En la esquina sudoeste de las calles Buenos Aires y Córdoba se erige el edificio del Correo Central. Visitarlo hoy es ingresar a un enorme espacio que ha conservado su estado original que, partiendo de su entrada de estilo academicismo francés, pasa por las amplias escaleras de mármol que se abren hacia la izquierda y derecha respectivamente y desembocan en los grandes espacios para transitar observando grandes mostradores de roble lustrado.
En 1929 comenzaron las obras sobre el proyecto encargado al arquitecto, ingeniero y urbanista Ángel Guido. y la empresa constructora fue Arroyo y Spiller SRL. Pertenece al período arquitectónico eclecticismo-academicismo.
El diseño original preveía una torre central de 75 metros de altura coronada con tres figuras gigantes que representarían la agricultura, la ganadería y el comercio. Entre los años 1930/31 se detiene la obra por falta de fondos. Ya la torre comenzaba a ser divisada desde distintos sitios de nuestra ciudad. En 1933 se recibe la orden de demoler la torre.
La población inicia una protesta que llega a los medios gráficos. En 1934, el edificio del Correo sigue su marcha, pero sin la torre diseñada por Ángel Guido.
El mismo presidente de la Nación, Agustín P. Justo, recibe centenares de cartas, telegramas donde la población rosarina le solicita que deje continuar el proyecto original tal cual había sido aprobado por el Ministerio de Obras Públicas. Se crea una comisión pro defensa del Edificio de Correos y también se recibe apoyo de la iglesia.
Mientras tanto el esqueleto en hierro permanecía en pie y el Ministerio de Obras Públicas insistía en que debía desarmarse. Uno de los motivos era que las dimensiones de la torre dejaban fuera de escala a la iglesia matriz, opacando su construcción.
Ángel Guido iba y venía a Buenos Aires para tratar de disuadir la idea de tronchar su idea de la torre del Edificio de Correos de Rosario. Varias asociaciones de la ciudad insisten en salvar la torre y el concepto arquitectónico que allí se plasmaba. Asimismo el intendente Esteban Morcillo también reclamaba ante las autoridades nacionales que la torre permaneciera en pie.
En 1935 comienza el desarme de la estructura y se produce el retiro de la obra de su gestor, el arquitecto Ángel Guido, disconforme con la decisión tomada por Buenos Aires.
La operación demandó un gasto mayor al necesario para terminarla (no sólo tuvo un alto costo económico, sino también que perdieron la vida tres operarios para el desarme de la torre). Terminarlo parece que hubiera costado 150 mil, según crónica de la época; demoler la torre costó 400 mil.
Como dice otra versión, quizás el Edificio del Correo de Rosario no podía ser más alto que el de Buenos Aires. Este argumento nunca pudo ser comprobado, pero las dudas quedan.